
Ha pasado mucho tiempo, y parece que todo sigue como al principio. No hemos parado de perder. Estas tan perdida que ambos de los caminos que tienes delante te parecen correctos. Quieres intentarlo otra vez, pero sabes que mientras el tiempo siga corriendo así de rápido cada vez va a ser más díficil. Te sientes incapáz y te juegas las decisiones a cara o cruz, sin pensarlo dos veces. Y de repente al tirar la moneda al aire, te entra un vacío, que no habias experimentado nunca. Puede que sea porque acabas de perder a aquella persona que había estado a tu lado, y ni si quiera habías dado importancia a todo lo que ha hecho por ti, y sin darte cuenta se acaba de soltar de tu mano. Ya no está. Habias dejado de demostrar, de luchar de intentarlo. Y desde el primer segundo en el ha dejado de estar ahí le echas de menos. Sabes de sobra que no se parece a nadie que has conocido o que vayas a conocer. Que a nadie se le van a achinar tanto los ojos cuando se ría, o que nadie va a demostrar tanto diciendo tan poco. Sabes que merecia la pena, pero te remitias solo a las palabras y no a los hechos. No llegas a entender como puedes tener a una persona tan cerca y sentirla tan lejos. Tampoco como llegas a esta situación. Gritas, lloras, y maldices por no haberte dado cuenta antes. Corres, intentando que vuelva, pero es demasiado tarde, se ha ido y ha jurado que no va a volver. Te das cuenta de que las relaciones no son para siempre, se rompen, otras simplemente se van y otras habiendo estado menos de un año dejan más huella que las que las que han estado toda la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario